Algunos traders creen erróneamente que la volatilidad se basa en una tendencia unidireccional del precio de las acciones. En absoluto.
Por definición, la volatilidad es, sencillamente, cuánto fluctúa el precio de los valores independientemente de la dirección que tomen.
Como operador individual, solo debes preocuparte por dos formas de volatilidad: la histórica y la implícita.
La volatilidad histórica se define en la literatura económica como «la desviación estándar anualizada de los movimientos pasados del precio de los valores».
Pero no queremos aburrirte, digamos que se trata de lo mucho o poco que ha fluctuado el precio de un activo en el día a día durante un periodo de un año.
Incluso si un valor comienza el año en el nivel de 100 $, y lo acaba en esa misma cifra, podrá presentar una alta volatilidad histórica.
Con todo, el valor puede haber llegado a cotizar a $175 o a $25 en algún momento de esos 12 meses. Con amplios rangos de precios diarios a lo largo del año, sí que se podría considerar una acción históricamente volátil.
Este gráfico muestra el precio histórico de dos valores en un periodo de 12 meses. Ambos cotizaron de inicio a $100 para terminar el año en el mismo nivel.
Sin embargo, la línea azul muestra una volatilidad histórica muy marcada en comparación con la de la línea negra, que se muestra en casi todo momento lateral.
La volatilidad implícita no se basa en los movimientos históricos de precio de un valor determinado.
En su lugar, se refiere a lo que el mercado «supone» respecto a la volatilidad futura de un activo. Al igual que en la volatilidad histórica, esta se registra sobre una base anualizada.
Pero la volatilidad implícita acostumbra a generar más interés entre los operadores de opciones minoristas que la volatilidad histórica. ¿La razón? Su orientación a futuro.
Aunque la volatilidad implícita se considera un dato importante, no olvides que se extrae a raíz de un modelo de valoración de opciones. Es decir, su marco es teórico. Por lo tanto, no hay nada seguro en las previsiones extraídas de su lectura.
¿De Dónde Proviene La Volatilidad Implícita?
En función de los hechos y los rumores, los precios de las opciones cambian.
Si se produce la publicación de un informe de beneficios o una decisión judicial de importancia, los operadores alteran sus pautas de negociación en relación a determinadas opciones.
Esto hace que el precio de dichas opciones suba o baje independientemente del movimiento de precio de los activos involucrados. Ten en cuenta que no es el valor intrínseco de las opciones (si lo hay) el que cambia. Solo se ve afectado el valor temporal.
El motivo por el que el valor temporal de las opciones cambia es por los cambios en el rango potencial percibido vinculado al movimiento futuro del precio del activo.
Es más, si no se operase con opciones sobre una acción en concreto, no habría forma de calcular la volatilidad implícita.
Volatilidad Implícita y Precio de las Opciones
La volatilidad implícita es una figura dinámica que cambia en función de la actividad registrada en el mercado de opciones.
Por lo general, cuando la volatilidad implícita aumenta, el precio de las opciones también lo hará (suponiendo que todo lo demás permanezca sin cambios).
Por lo tanto, cuando la volatilidad implícita aumenta después de haber llevado a cabo una operación, es bueno para el titular de la opción y malo para el que la haya vendido.
Por el contrario, si la volatilidad implícita disminuye tras haberse realizado una operación, el precio de las opciones suele caer. Esto es bueno para ti si estás vendiendo opciones, pero será malo si te dedicas a comprarlas.
En la sección Conoce las griegas, aprenderás más sobre un ratio financiero conocido como «vega». Este puede ayudarte a calcular cuánto se espera que cambien los precios de las opciones cada vez que cambia la volatilidad implícita.
¿De qué modo la Volatilidad Implícita puede ayudarte a estimar el rango de movimiento potencial de una acción?
La volatilidad implícita se expresa como un porcentaje del precio del activo, lo que indica un movimiento de una desviación estándar en el trascurso de un año.
Para los que se fueron a jugar a los billares cuando el profesor estaba impartiendo la asignatura Estadística 101, un activo, en un periodo a futuro de 12 meses, debería terminar dentro de una desviación estándar de su precio base el 68 % de las veces.
Asimismo, terminará dentro de dos desviaciones estándar el 95 % de las ocasiones y dentro de tres desviaciones estándar el 99 % de las veces.
Centrémonos en el movimiento de una desviación estándar, que puede considerarse como una línea divisoria entre lo «probable» y lo «no tan probable».
Por ejemplo, imaginemos que la acción XYZ cotiza a $50 y la volatilidad implícita de un contrato de opciones es del 20 %.
Esto implica la existencia de un consenso en el mercado de que la desviación estándar para los próximos 12 meses será de, más o menos, $10 (ya que el 20% de $50 son $10).
En otras palabras: el mercado cree que hay un 68% de posibilidades de que la acción XYZ acabe valiendo, en el plazo de un año, entre $40 y $60 .
Por extensión, esto significa también que solo hay un 32% de probabilidades de que el precio de la acción se muestre fuera de rango.
El 16% de las veces debería cotizar por encima de $60, mientras que el otro 16% debería cotizar a la baja por debajo de los $40.
Lógicamente, conocer la probabilidad del activo subyacente para terminar o no dentro de un determinado rango al vencimiento es clave para saber qué opciones comprar o cuáles vender, así como es crucial para desarrollar estrategias de trading rentables.
Eso sí, recuerda: la volatilidad implícita se basa en el consenso general del mercado, por lo que su capacidad de predicción respecto al movimiento de precio de los activos involucrados no es infalible. Después de todo, Nostradamus nunca trabajó en el parqué
El Valor Implícito
Al centrarse en la fórmula de fijación de precios de las opciones, emergen variables como el precio actual de la acción, el precio de ejercicio, los días restantes hasta el vencimiento, los tipos de interés, los dividendos y la volatilidad implícita. Todos estos elementos se utilizan para determinar el precio de una opción.
Los llamados creadores de mercado (en inglés, market makers) recurren a la volatilidad implícita como elemento esencial a la hora de discutir los posibles precios de una opción. Sin embargo, no puedes calcular la volatilidad implícita si desconoces los precios de las opciones.
Por ello, los traders suelen experimentar cierta confusión del tipo, ¿qué fue antes, el huevo o la gallina?, lo que aquí se trasladaría como: ¿Qué fue antes, la volatilidad implícita o el precio de la opción?
Aunque parezca difícil de entender, no lo es tanto. Por lo general, los contratos de opciones at-the-money son los que mayor volumen de negociación presentan en cada mes de vencimiento.
Por ello, los creadores de mercado no tienen problemas en permitir que sea la ley de la oferta y la demanda la que fije el precio at-the-money para los contratos de opciones de este tipo.
Entonces, una vez determinados los precios de las opciones at-the-money, la volatilidad implícita es la única variable que falta. Para revelar su valor, basta con aplicar un poco de álgebra básica.
Una vez que se determina la volatilidad implícita para los contratos at-the-money en un mes de vencimiento dado, los creadores de mercado recurren a modelos de fijación de precios y sesgos de volatilidad avanzados para dilucidar la volatilidad implícita en otros precios de ejercicio menos operados.
Por lo tanto, y por lo general, dispondrás de variaciones en la volatilidad implícita a diferentes precios de ejercicio y meses de vencimiento.
Sin embargo, por ahora vamos a centrarnos en la volatilidad implícita de un contrato de opciones at-the-money para el mes de vencimiento en el que esperas operar.
Debido a que es normal que sea el contrato más negociado, la opción at-the-money será el reflejo primero de lo que el mercado espera que haga el activo subyacente a futuro.
Pese a todo, mantente al tanto de posibles fusiones, adquisiciones o potenciales quiebras. Si alguno de estos acontecimientos se produce, los cálculos hechos pueden irse al traste y alterar drásticamente las cifras.
La Volatilidad Implícita como herramienta de trading
Como ya se ha mencionado anteriormente, la volatilidad implícita puede ayudarte a calibrar la probabilidad de que un activo termine a un precio determinado al final de un periodo de 12 meses.
Pero puede que pienses lo siguiente: «Vale, genial, pero yo no acostumbro a operar con opciones a 12 meses. ¿De qué me va a servir conocer la volatilidad implícita si negocio a corto plazo?».
Es una gran pregunta sin duda. Las opciones más negociadas, de hecho, son las opciones a corto plazo (generalmente entre 30 y 90 días hasta el vencimiento).
Para ellas, existe una fórmula rápida y de andar por casa que permite calcular un movimiento de desviación estándar durante la vida de un contrato de opciones sin que el marco temporal importe.
Teoría Vs. Práctica
Si buscas ser un operador de opciones de éxito, no basta con acertar a la hora de elegir la dirección en la que se moverá (o no se moverá) un activo, sino que también hay que saber predecir el momento en el que se producirá dicho movimiento.
Más tarde, una vez hechas las previsiones pertinentes, entender la volatilidad implícita puede ayudarte a cercar las elucubraciones sobre el rango de precios potencial del valor involucrado.
Sin embargo, se debe recalcar una vez más que la volatilidad implícita es, básicamente, lo que el mercado espera que haga un valor sobre el papel.
Como bien sabrás, del dicho al hecho hay un trecho, es decir: la teoría y la práctica no siempre coinciden.
Durante el desplome bursátil de 1987, el mercado experimentó un movimiento de veinte desviaciones estándar.
En teoría, las probabilidades de que se produzca un movimiento de esta naturaleza son ínfimas: una entre tropecientas mil. Pese a todo, se dio. Y muy pocos operadores lograron verlo venir.
Aunque no siempre es 100 % precisa, la volatilidad implícita puede ser una herramienta útil.
Como operar con opciones no es precisamente sencillo, hay que intentar aprovechar toda la información que emana del mercado.
apunte: distribución vs. distribución lognormal
Todos los modelos de valoración de opciones parten de una distribución lognormal. Sin embargo, en esta sección hemos usado la distribución normal por motivos de claridad.
Como sabes, un valor solo puede llegar a cero, mientras que, en la otra dirección, en teoría, puede subir hasta el infinito. Por ejemplo, una acción de 20 $ puede subir en valor 30 $, pero no puede bajar 30 $ respecto a su valor. A la baja, el límite está en cero.
La distribución normal no tiene en cuenta esta variable, pues parte de la base de que el valor de un activo puede moverse indefinidamente en cualquiera de las dos direcciones.
En una distribución lognormal, por otro lado, un movimiento de una desviación estándar al alza puede ser mayor que un movimiento de una desviación estándar a la baja, especialmente a medida que se avanza en el tiempo.
Esto se debe a que el rango potencial al alza es mayor que el de a la baja. A menos que seas un friki de la estadística, probablemente no te des cuenta de la diferencia.
Sin embargo, debido a ello, los ejemplos de esta sección no son 100 % rigurosos, algo que nos veíamos en la obligación de dejar claro antes de contribuir a falsas asunciones.